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  • Sergio Soriano

Reparar o no reparar?, he ahí la cuestión


Esta es una pregunta que me han hecho muchas veces, mejor dicho, más que una pregunta es un tema completo del que hablar.

Desde el punto de vista administrativo de muchas empresas, ven más rentable y eficiente la sustitución de conjuntos fallados comprando nuevas tarjetas o en algunos casos hasta de segunda mano.

A veces, la tarjeta no merece la pena repararla ya que el tiempo que se le invierte VS lo que vale nueva (Por ej 400 euros) no es del todo viable, para modelos tan baratos, por lo que es más sencillo cambiarla por una nueva. Sin embargo en tarjetas de alto valor que van desde los 2000 Euros hasta 8000 nuevas, cambia el asunto. Aquí, si merece la pena repararla, particularmente cuando se trata de un modelo en el que el fabricante ya no da soporte o simplemente no encuentras repuestos.

En cualquiera de los casos, lo que más vale aquí es el tiempo del técnico en cuanto a reparación se refiere. Los componentes que hay que comprar también, pero no supone nada comparado con las horas de trabajo.

¿Merece la pena repararlo?

La respuesta a; ¿merece la pena repararlo? Depende, depende de la capacidad del técnico y la tecnología que tenga disponible para ello, así como una infraestructura mínima (estaciones de soldadura etc.)

Para un personal experimentado y con herramienta adecuada, este será capaz de reparar los conjuntos electrónicos más caros y con la misma inercia los más baratos también. Cuando se trata de detectar componentes fallados, lo técnicos con experiencia que se dedican a ello desarrollan muy buenas destrezas para la detección de averías, incluso aquellos que han estado trabajando un tiempo con un modelo en particular son capaces de empezar a observar sus debilidades y donde suelen fallar, que a diferencia de un técnico que no haya estado nunca frente a esa máquina, le llevará muchas más horas localizar la falla como ya comentaba en el artículo del “Miedo a reparar tajetas electrónicas”. Esto significa que aquellos modelos que no cuestan mucho, pueden llegar a ser reparados fácilmente tan solo por un par de euros en componentes y no mucho tiempo del técnico.

Volumen de PCBs

Luego, entra en juego otro valor muy importante, en lo que es la inercia de los procesos de reparación. El volumen. El volumen de conjuntos que tenemos que reparar de media al mes o al año.

Un ejemplo real: una media de entre 20 y 30 tarjetas mensuales que van desde los 400 Euros hasta los 5000. Vamos a poner que tenemos 20 al mes fijas y que 10 de ellas son de 5000, y las otras 10 de 400. Si hacemos números, comprar todos estos conjuntos electrónicos nuevos cada vez que se rompen costaría unos 54.000 euros al mes. Este presupuesto se puede ver drásticamente reducido, reparándolas a nivel de componente, a lo mejor, en el primer o los primeros meses a los técnicos les lleva más tiempo sacar la avería VS lo que vale un conjunto nuevo, pero a largo plazo estos comienzan a diagnosticar más rápidamente y a conocer bien las debilidades de los conjuntos. Por lo cual, a largo y mediano plazo la inversión en mantenimiento electrónico que tantas empresas huyen, es rentable. Ya que no solo coges control interno sobre tus máquinas y las conoces mejor, sino que también ahorras en trasporte y tiempos de parada.

También es un buen método de defensa ante fabricantes, a estos les interesa que cambiemos la máquina completa y lo que suele pasar, es que su estrategia, como la de cualquier industria sana; es que dejar de dar soporte y repuestos a X modelos, obligando así a los fabricantes a actualizar sus máquinas. Vamos, lo mismo que hacen los fabricantes de teléfonos móviles con nosotros, pero más disimuladamente.

¿Y cuándo todo lo que reparo es completamente distinto?

El enfrentarte a conjuntos nuevos siempre va a llevar más tiempo que los que ya conoces o has reparado anteriormente. Lo bueno de ser un técnico en reparación que han hecho de sus conocimiento electrónicos una habilidad para diagnósticar y encontrar fallas, es que uno, no solo se puede volver familiar con detectar fallas siempre en los mismos modelos, sino que se familiariza más con los procesos de reparación y detección de averías, aprendiendo a donde medir, que medir y siguiendo tus protocolos y habilidades propias. Por muy nueva que la tarjeta sea en tu inventario tarde o temprano con el procedimiento adecuado sacarás el componente que falla.

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